Las páginas de este libro de poemas, como su mismo título indica, discurren sobre unas tierras castellanas, que llenaron mi infancia, parte de mi juventud, mi madurez y mi senectud. Comienza con un poema sobre el río Cega que surca la tierra de pinares y los campos que pertenecen a la villa de Cuéllar. Continúa hablando, en términos poéticos, de lugares y vistas singulares de Cuéllar, sus torres, campanarios, castillo, arcos defensivos o de entrada, tanto a la ciudad como a la ciudadela, cubos defensivos, e iglesias o conventos ; sin olvidar sus charcas, lomas, montes, alamedas,...