En busca del tesoro (Escuela de Cazadragones 3)

¡Haberse convertido en pestilentes dragones no es precisamente lo que Wiglaf y sus amigos llamarían una buena noticia! En el séptimo título de esta divertidísima colección, Wiglaf y sus dos amigos Angus y Eric tienen un pequeño problema; mejor dicho: un problemón. Los 3 intrépidos aprendices de Cazadragones han sido víctimas del hechizo de un poderoso mago y se han convertido ni más ni menos que en... ¡dragones! Y tú pensarás: qué divertido, ¿no? ¡Pues a ellos no les hace NI UN PELO de gracia!

Una invitación lúdica a descomponer y recomponer las palabras. En la marirronda de las mapirosas, maricuriosea una marirrosa... Mientras la maripilla busca colores para sus alas que ha despintado un viento travieso, el lector goza trastocando las palabras.

¡Continúan las aventuras de Lulú, el personaje que ha marcado a miles de lectorxes! Lulú está emocionada porque irá a la playa a pasar las vacaciones de verano con su familia, pero, cuando llega, las cosas no salen como ella soñó: los días están nublados, no se puede bañar en el mar porque hay una invasión de medusas y, además, los mosquitos la pican todo el tiempo. Para contrarrestar el aburrimiento, se vuelve adicta a sus redes sociales, aunque sus fotos no logran la popularidad que ansía, y su familia no parece estar dispuesta a hacer todo lo que ella pide para sumar likes....

¿Cuáles fueron las consecuencias del matrimonio del Príncipe y la Princesa? ¿Qué le pasó a la reina después de que ella escapó? ¿Los gnomos encantadores y acogedores esperan nuevas aventuras? Han pasado siete años desde que el príncipe se casó con Blancanieves, y su madrastra, vagando por el bosque, está planeando vengarse. Los gnomos ayudan a Blancanieves a detener la brujería de la reina. Reunirán la aldea mitológica de gnomos que viven en lugares remotos para erradicar su poder.

El protagonista de esta historia tiene una mascota nada común: un mastodonte. Como todos los mastodontes, el suyo es enorme y feroz, y además muy rebelde. Cada vez que le pide algo, Mastodonte le responde "¡No!". Pero cuando su amo grita a todo pulmón: "¡Más te vale, Mastodonte!", las cosas cambian y se complican... Y es que no hay nada más difícil en el mundo que domesticar a un mastodonte, aunque también tiene su recompensa.