El Libro Inconcluso

En memoria a mi madre María Reyes Armenta Su poema Las once sillas Es inútil querer retener lo que ya no es de uno Aunque siempre una madre nunca olvida El recuerdo desde que en mi vientre los traía Y, ahora de hombres solo Dios sabe por dónde andarán Aunque sé que están bien, si estuvieran mal lo presentiría He pasado mil noches bendiciendo sus hogares Ahora vivo nada más de sus recuerdos Yo le pido a la virgen me haga fuerte Para que nunca demuestre mi tristeza El tiempo pasó, yo no lo sentí Poco a poco me fui quedando sola Es muy triste aceptar la realidad Aquellos tiempos...

Bajo el cielo y contra la tierra se marcan las pisadas de nuestro dios, el hombre, que se pierden con el paso del tiempo. Solo se marcan por la razon y no se olvidan tan facilmente. Cosme volaba con el viento. Flavio tiritaba de amor. Rodrigo hablaba misteriosamente. El Choco callaba de dolor. Marta, Maite y Damian bebian mares de fuegos. Olga cavaba en la tierra su fosa con sudor. Ignacio helado. cegado por el sol. Remedios, remediada por la lluvia con gotas de calor. Carmen. Carmen era el fruto de la tierra, sostenida por la musica de un pajaro cantor y de un Juan caotizado por el amor....

De como pensé estar enamorada, y sólo lo estuve de ideas en mi cabeza. De cuando pensaste que seríamos mar, aún estando muy lejos, siempre conectados, pero no fue así. De cuando os dais por vencidas, y os atrapa una enredadera. De cuando lo entendieron.

Esta historia está inspirada en una de aquellas leyendas mozárabes que en tiempos de la Reconquista abundaban por los pueblos de Andalucía y que ha llegado a nuestros días como una valiosa herencia cultural. En la cual, un joven náufrago llega a las costas de Vejer de la Frontera y es rescatado por la hermosa Zhara. Después de muchas aventuras, vicisitudes y con un sorprendente final digno de los mágicos cuentos de las Mil y Una Noches, la historia de amor entre los dos muchachos se acaba convirtiendo en una bonita realidad...

Una siempre cree estar satisfecha con la vida que tiene. Yo, por ejemplo, así lo siento. Tengo una relación estable con un chico que me quiere y que me encanta, mi vocación es mi trabajo, me rodeo de buenos amigos, tengo salud y unos padres que me apoyan en todo.No pido nada más. Pero si esto fuera así, no tendría nada que decirte. Porque nada es lo que parece y porque, de un día para otro, en un abrir y cerrar de ojos, el destino puede reírse de ti en tu cara y jugártela hasta que ya no sepas ni quién eres ni qué es lo que te gusta.Y estoy asustada. Y todo va muy deprisa. Y no...