Llena mi soledad
Llena mi soledad: "—¿Qué le ocurre? —preguntó una voz fuerte y bronca. Por la voz no lo conocía y como llevaba la cara casi tapada no acertaba a ver más que unos ojos entre pardos o azules. —No soy capaz de poner el auto en marcha —dijo acercándose al jinete erguido aún y firme sobre su montura. El hombre no pareció inmutarse demasiado. Tampoco se movió de su montura. El caballo era brioso y joven. Se movía constantemente, aunque su dueño le sujetaba las bridas entre las manos enguantadas. —Soy la maestra —dijo ella algo cortada por la poca cortesía del aparecido. Él...