Yo no soy Robocop

Estas Presentes sucesiones de Julio Hubard son como el agua que fluye sobre su propio cauce. El lector formará parte de esta corriente. La voz poética da vueltas, interroga el nombre de las cosas, busca su cuerpo entre los muertos, se mira fluir y retardarse en el pantano, antes de llegar al mar.

«Tardé años en reconciliarme con el invierno: las nevadas me incomodaban. Pensaba en mamá... Pensaba en que tendría mucho frío en su vestido de verano... Luego se me pasó, pero la inquietud perdura, como si en la infancia borrada de la memoria hubiera ocurrido algo terrible, nunca sabré el qué...» En el San Petersburgo de principios de los sesenta, una niña que prefiere la pintura a la palabra se convierte en el centro de la vida de los que conviven con ella: su madre, una humilde obrera venida de provincias, y tres ancianas supervivientes de otros tiempos, quién sabe si mejores....

Alex estaba buscando un trabajo, pero lo que él encuentra es mucho más. La habitación prohibida finalmente se revela, y a Alex no le gusta lo que ve. Ganar un aumento nunca ha sido tan difícil, ya que Sebastian le asignó una prueba que amenaza con empujar a Alex a su punto de quiebre.

Estévez, un periodista venido a menos, buen amigo de la botella y el insomnio, se ve involucrado en una negra historia: a lo largo de varios días, por toda la ciudad aparecen personas brutalmente asesinadas. Paso a paso, el periodista-detective irá tejiendo la tela de una trama en la que preferiría no haberse metido en un principio.