Una mano de santos

!Luchando con su salud mental, James debe atrapar a un asesino conectado con su pasado¡ Cuando el jefe ed James Locker, el legendario Michael Fuller es despedido del departamento de Investigación de Asesinatos de la Central de Sídney, su sueño de ser un detective del crimen finalmente se hace realidad. Su sueño sin embargo se convierte en una pesadilla, a medida que su estado mental se esta deteriorando, y Sídney esta plagado por un psicópata asesino en serie, que parece tener un especial interes en James personalmente. ¿Podrá detener James Locker a este villano antes que sea...

Descubre cómo las teteras dejan de ser elementales recipientes y se transforman en receptoras de las pasiones humanas. Un reflejo de las relaciones que se entrelazan y desafían al tiempo. Desde amores imposibles hasta desencuentros inevitables, estas páginas revelan las complejidades del corazón humano y la magia que yace en lo cotidiano.

n hombre entra en un supermercado en el interior de un gran centro comercial de una ciudad francesa, roba una lata de cerveza y es detenido por cuatro empleados de seguridad que lo arrastran hasta el almacén y lo matan de una paliza. Este sucinto hecho de la página de sucesos es narrado por Mauvignier en una única frase, un flujo de palabras ininterrumpido, con una tensión que llega casi hasta el espasmo, para relatar esa media hora en que acaba de forma insensata una vida, para hacer el relato minucioso de una muerte absurda, para no olvidar, para hacer que nos indignemos....

Después de cinco años desde su última publicación, Kate Morton, autora del bestseller internacional El jardín olvidado, vuelve a las librerías con una novela perdurable, una arquitectura de intrigas constantes que deslumbra y conmueve. Más de 15.000.0000 de ejemplares vendidos «Kate Morton despliega su elegancia y destreza narrativas como si fueran las velas de un barco. Una historia en la que sumergirse y, simplemente, disfrutar». María Oruña ¿Hacia dónde nos lleva la estela de lo que callamos? Nochebuena de 1959, Altos de Adelaida, Australia. Al final de un día caluroso, junto ...