Vladimir Ilich Lenin, nacido como Vladimir Ilich Ulyanov el 22 de abril de 1870 en Simbirsk, Rusia, fue un revolucionario, político y teórico marxista que jugó un papel crucial en la historia del siglo XX. Fundador del Partido Bolchevique y líder de la Revolución de Octubre de 1917, Lenin es conocido por su papel en el establecimiento de la Unión Soviética, la primera república socialista del mundo.
Lenin provenía de una familia de clase media. Su padre, Ilya Ulyanov, fue un destacado educador que sirvió como director de escuelas públicas, mientras que su madre, Maria Alexandrovna Blank, era una médica de origen noble. La formación de Lenin estuvo marcada por una serie de eventos trágicos; a los 16 años, su hermano mayor, Alexander, fue ejecutado por participar en un complot para asesinar al zar Alejandro III. Este evento influyó profundamente en Lenin, motivándolo a involucrarse en actividades políticas revolucionarias.
Después de completar sus estudios en derecho en la Universidad de Kazán, Lenin fue arrestado por su participación en un movimiento revolucionario y pasó varios meses en prisión. Tras su liberación, se exilió en Europa, donde comenzó a estudiar las teorías de Karl Marx. Influenciado por el marxismo, Lenin desarrolló su propio enfoque, que enfatizaba la necesidad de un partido dirigido por una vanguardia revolucionaria para guiar al proletariado hacia la revolución.
En 1903, durante el segundo congreso del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, el partido se dividió en dos facciones: los mencheviques y los bolcheviques. Lenin lideró la facción bolchevique, que abogaba por una revolución inmediata, en contraste con los mencheviques, que preferían un enfoque más gradual. A partir de este momento, Lenin se convirtió en una figura central en la política revolucionaria rusa.
Tras el estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, Lenin se opuso firmemente al conflicto, considerándolo un imperialismo que beneficiaba a las clases privilegiadas. En 1917, aprovechando el descontento popular con el régimen zarista y la situación de guerra, los bolcheviques organizaron una revuelta y tomaron el control de Petrogrado. El 7 de noviembre de 1917, conocido como el 25 de octubre en el calendario juliano, los bolcheviques derrocaron al gobierno provisional y Lenin se convirtió en el líder del nuevo gobierno.
Una de las principales contribuciones de Lenin fue la implementación de políticas que buscaban transformar la economía y la sociedad rusas. Introdujo la guerra civil rusa contra las fuerzas anticomunistas, que resultó en un conflicto devastador entre 1917 y 1922. Aunque enfrentó enormes desafíos, su liderazgo ayudó a consolidar el poder bolchevique y a expandir la ideología comunista a lo largo del país.
En 1921, Lenin introdujo la Nueva Política Económica (NEP), que permitió una cierta liberalización económica y la restauración de algunos elementos de la economía de mercado, como respuesta a la crisis económica resultante de la guerra civil. Esta medida ayudó a estabilizar el país y a recuperar la producción agrícola e industrial. Sin embargo, Lenin estaba consciente de las tensiones internas y de los desafíos que enfrentaba su gobierno.
La salud de Lenin comenzó a deteriorarse después de varios derrames cerebrales entre 1922 y 1924. A pesar de sus problemas de salud, continuó influyendo en el desarrollo de la política soviética hasta su muerte el 21 de enero de 1924. Su legado es complejo: por un lado, es celebrado como un pionero del comunismo y un gran teórico; por otro lado, su régimen sentó las bases para la represión política y la dictadura bajo Josef Stalin.
Lenin es recordado como una figura fundamental en la historia del comunismo y su impacto se siente en muchos países del mundo donde las ideas marxistas han influido en los movimientos políticos y sociales. Su obra más conocida, ¿Qué hacer?, sigue siendo un texto de referencia para estudiosos y activistas. A pesar de las controversias que rodean su figura, no cabe duda de que su influencia ha dejado una marca perdurable en la historia del siglo XX.