La Duendecilla Sincera

Eras el motivo de alegría cuando me despertaba cada mañana. La primera sonrisa. Eras ese tipo de persona que te hace reír aun cuando lo que quieres es matarle. Ese tipo de persona que merece la alegría. Eras. Pero todo cambió un día sin venir a cuento. Y yo me quedé perdida entre todas esas palabras que te escribí durante los últimos años. Perdida entre el no saber y el no querer saber. Qué mejor forma de empezar, que por el principio de un final nunca pronunciado.

Considerado por The New York Times como uno de los libros infantiles más notables de 2013 y recomendado por la American Bookseller's Association, este sorprendente álbum ilustrado ofrece, tras su aparente sencillez, un emotivo y profundo acercamiento a temas tan universales como la soledad, la amistad y la muerte. Asimismo, presenta un acercamiento a uno de los problemas sociales más preocupantes de nuestro tiempo: el acoso escolar. Es la historia de un chico retraído y tímido que hace amistad con una pequeña ave. Esta última se convierte en una peculiar aliada del chico y lo ayuda a...

Los tres cerditos deciden construirse cada uno su propia casa. Pero cuando viene el lobo se dan cuenta de que la casa más segura y resistente es la de ladrillos, la que ha costado más trabajo de realizar. The three little pigs each decide to build their own house. But when the wolf comes, they realize that the safest and most resistant house is the brick one, the one that took the most work to build.

Tras la Guerra de las Especies, los automas han gobernado el reino de Rabu sometiendo a los humanos, sus antiguos creadores. Sin embargo, la revolución humana comenzó y la esperanza de liberarse de la opresión automa late más fuerte que nunca. Ayla, al fallar en su misión para asesinar a la automa lady Crier, huye de Rabu al reino de Varn donde le jura lealtad a la reina Junn. Ella podría ser la pieza clave para cumplir el objetivo principal de la revolución humana: destruir el Corazón de Hierro. Sin su poder, los automas perderán fuerza al punto de la extinción. Aunque Ayla está...