Solo mi corazón sabe

Pleasant Storm, Texas. 1965. Un hombre de familia, temeroso de Dios, encuentra un antiguo libro de secretos y es forzado a realizar una sangrienta ceremonia. El Car Nex es traído a nuestra dimensión, dándole forma y colmillos al infierno. Las armas no lo detendrán. Las plegarias tampoco. Está llegando. Y tiene hambre.

Todavía es una obra en la que el lector puede acercarse al poeta chileno y conocerlo a través de su prosa. Los textos que conforman esta edición muestran la amplitud de la gama de temas tratados por Gonzalo Rojas, entre ellos, reseñas, discursos de recepción de premios, ensayos sobre varios poetas. La coyuntura social de este escritor queda más clara con los ensayos políticos, los textos de su labor en el ámbito de la enseñanza y sus diarios de viaje. La riqueza temática presente en esta obra propicia la visión en conjunto de uno de los poetas más destacados en lengua española.

El chico malo por excelencia Wyatt Beran ha trabajado duro para tener una reputación de fiestero y mujeriego. Después de años de vivir al máximo, su vida cambió irrevocablemente cuando empieza a soñar con el futuro, especialmente con una hermosa doctora de cabello castaño que sabe que se convertirá en su compañera. Solo hay un problema: todas las visiones de su futuro terminan inevitablemente en sus muertes. La amorosa y amable doctora Lucy Summers no sabe en lo que se ha metido cuando Wyatt salva su vida una noche, apareciendo de la nada para asustar a un admirador muy insistente...

Ahora estaban muy cerca, pero ¿seguiría ella adelante cuando descubriera la verdad? Desde que había conocido a su hermano gemelo, cuya existencia desconocía, la tranquila vida de Jordan Adamson en Alaska no había vuelto a ser la misma. De pronto tenía que hacerse pasar por su hermano Jeffrey frente a sus compañeros de trabajo, y nada menos que en Los Ángeles. Afortunadamente había conocido a Asley Baines, que se había ofrecido a ayudarlo. Ashley tenía ante sí el mayor ascenso de su vida, pero lo único que podía ver era al guapísimo y despreocupado Jeffrey, que trataba de...