Septimio Severo

Sembrar desde niño valores y bonitos sentimientos, o a los padres para que se los trasmitan. Elegir adecuadamente lo que se quiera ser y ademas que nos apasione para ser triunfadores siempre. Se ejercitan meditaciones para lograrlo y para estar además con salud abundante. Se aprende a conectarse con las grandes energías del universo, para alcanzar los triunfos y los éxitos en todo. Aprender en fin a lograr grandes acontecimientos en la vida. Son ejercicios prácticos que yo he experimentado y los que me van rodeando también.

Cuando Amós Acero Pérez, maestro y primer alcalde democrático de Vallecas, frente al pelotón de fusilamiento franquista, se negó a que le colocasen la venda sobre los ojos, supo mirar de frente a los desconocidos ejecutores de una venganza, con la misma solidez y claridad de espíritu con que había mirado siempre a la vida durante cuarenta y siete años. La talla de Amós Acero Pérez queda plasmada en los primeros párrafos de la carta que escribió a su familia pocas horas antes de su muerte.

En los contenidos de esta obra se recatan relatos, algunos escritos directamente por sus protagonistas y otros recuperados mediante entrevistas, que nos permiten observar la gran diversidad de actividades que realiza la comunidad universitaria en los ámbitos académico, administrativo, directivo y de apoyo a todas esas actividades. No olvido, recuerdo. Crónicas de la tercera edad, es un libro que contiene diez entrevistas y trece ensayos; biografías, prácticas docentes, experiencias estudiantiles, anécdotas, trabajos de campo, actividades artísticas... En suma, un crisol polifacético...

Con este libro, escuchamos a Maquiavelo, como todos los demás antes que nosotros, en el futuro. Desde su muerte en 1527, nunca hemos dejado de leerlo y siempre se separa del letargo. Pero ¿qué sabemos de este hombre, excepto el nombre inventado por sus críticos para designar esa angustia colectiva, ese mal político, el maquiavelismo? Aquí se traza un itinerario claro de cómo, poco a poco, el autor florentino agudiza su estilo. En él, todo es bueno, siempre que uno pueda ejercer el arte de la palabra correcta, “la verdad real de la cosa”: “El amor es preferible, pero la fuerza, a ...