La alacena

¡Resuelve los casos más divertidos con los hermanos Misterio! Secretos, risas y detectives. ¿Te unes al club? Cuando sus padres no están, siempre les pasan cosas raras a Ulises, Nora y Bruno Misterio. Cosas muy muy raras. Por suerte tienen a Bobo, un perro que habla y al que, cuando encuentra una pista, ¡le pita la nariz! Ahora sus padres han desaparecido y alguien les ha dejado una enigmática piedra en la puerta de su casa. Siguiendo las pistas a través de la gran Feria Invisible, pronto llegan al misterioso Tren de la Bruja. y a un nuevo caso por resolver. ¿Quién estará saboteando ...

¡Resuelve los casos más divertidos con los hermanos Misterio! Cuando sus padres no están, siempre les pasan cosas raras a Ulises, Nora y Bruno Misterio. Cosas muy muy raras. Por suerte tienen a Bobo, un perro que habla y al que, cuando encuentra una pista, ¡le pita la nariz! Los Misterio han hecho un descubrimiento alucinante: ¡su casa tiene ruedas y pueden viajar en ella para ir en busca de sus padres! Aunque pronto les salpicará un nuevo caso que los llevará de cabeza a un parque acuático lleno de secretos... ¿Resolverán los Misterio este caso? SECRETOS, RISAS Y DETECTIVES... ¿TE ...

As Estrellita leaves her beloved Caribbean island home, she combines all of its features into an ode celebrating its green and eternal beauty.

Big Nate will beat everyone, but it won't be easy. He just cannot seem to rid himself of Gina, his all-time enemy. Will she ruin everything? Will Nate pass, fail or get detention again? Children will be laughing throughout the entire book as they wait to find out Nate's fate.

La guerra de los panes es un libro que, sin dudas, seguirá abriendo las puertas a la lectura de muchos chicos. Un libro fiel al estilo de Graciela Montes, con buenas cuotas de humor y riqueza literaria. ¿Qué barrio no tiene una panadería... Y hasta dos? ¿Qué barrio no tiene sus expertos en flautas, en felipes y en miñones? En cambio, no creo que sean muchos los barrios donde se haya desatado un duelo tan terrible de cortezas y de migas, una guerra tan crocante y tan sabrosa, como la que tuvimos que vivir los vecinos de Florida.

Todas las mañanas, Pardo el oso se levanta somnoliento y, a paso lento, se aproxima a un arbusto repleto de pequeños frutos azulados, abre el hocico para comer su fruta favorita y, cuando ha saboreado suficientes, inicia su larga y animada caminata por el bosque. Pero una mañana, sucedió algo diferente: cuando se preparaba para comer esos deliciosos frutos, la tierra tembló y el arbusto se cubrió con una luz azul. Luego en un instante, despareció...