Celso Furtado fue un destacado economista, sociólogo y pensador brasileño, reconocido principalmente por su contribución a la teoría del desarrollo económico y su análisis crítico de las estructuras socioeconómicas en América Latina. Nacido el 26 de julio de 1920 en Pombal, Paraíba, Furtado se convirtió en una figura influyente en el pensamiento económico del siglo XX y en la formulación de políticas para el desarrollo regional.
Furtado se graduó en Economía por la Universidad de São Paulo y, posteriormente, se trasladó a París, donde finalizó su formación en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales. Su estancia en Europa estuvo marcada por el impacto de la Segunda Guerra Mundial y las ideas de varios economistas y sociólogos destacados de la época. Regresó a Brasil en 1943, donde comenzó a trabajar en el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), donde pudo aplicar varias de sus teorías y análisis sobre el desarrollo regional.
Uno de los hitos más significativos en su carrera fue su papel como fundador y primer director del Instituto de Planeamiento Económico y Social (IPEA) en Brasil en 1964. En esta posición, Furtado pudo influir en las políticas públicas, tratando de mitigar las desigualdades económicas que caracterizaban a Brasil y otros países de América Latina. Su enfoque se centró en la necesidad de un desarrollo equilibrado que tuviera en cuenta tanto la economía como las estructuras sociales de los países en desarrollo.
En 1959, Furtado publicó su obra más influyente, “Teoría del Desarrollo Económico”, donde expone sus ideas sobre cómo las economías en desarrollo, especialmente en América Latina, necesitaban estrategias innovadoras para superar las limitaciones impuestas por su historia colonial y su inserción en la economía mundial. En este trabajo, Furtado argumenta que las estructuras económicas de América Latina estaban condicionadas por la dependencia y la desigualdad, lo que limitaba el verdadero desarrollo.
Además de su obra teórica, Furtado fue también un ferviente defensor de la intervención del Estado en la economía. Promovía que el gobierno debía tener un papel activo en la planificación económica y el desarrollo social. A lo largo de su carrera, se destacó por su crítica a la economía neoliberal y sus repercusiones en el desarrollo de América Latina, abogando por estrategias más integradoras que tomaran en cuenta las particularidades de cada país.
- Educación: Se graduó en la Universidad de São Paulo y luego en la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales en París.
- Instituciones: Fue director del IPEA y contribuyó al desarrollo de numerosas políticas públicas.
- Obras destacadas:
- “Teoría del Desarrollo Económico” (1959)
- “Formación Económica de Brasil” (1956)
Celso Furtado también tuvo una carrera académica prolífica, ocupando cátedras en diversas universidades de Brasil y el extranjero. Su pensamiento crítico y su capacidad de articulación de ideas le valieron reconocimiento internacional, participando en conferencias y foros sobre economía y desarrollo. A lo largo de los años, recibió numerosos premios y reconocimientos por su trabajo y su servicio a la comunidad académica y a la sociedad en general.
Furtado no solo se dedicó a estudios teóricos, sino que también se involucró en la política. En 1961, fue elegido miembro de la Cámara de Diputados de Brasil, donde continuó impulsando políticas de desarrollo y buscando un mejor equilibrio en las relaciones económicas del país. Sin embargo, su carrera política se vio truncada por el golpe militar de 1964, tras el cual se exilió en el extranjero, viviendo en varios países, incluyendo Francia y Chile.
Durante su exilio, Furtado continuó escribiendo y desarrollando su pensamiento sobre el desarrollo económico, reflexionando sobre la injusticia y la desigualdad social que existía en su país natal y en el continente. Regresó a Brasil en 1979, donde continuó con su labor académica y sus investigaciones hasta su muerte el 20 de noviembre de 2004.
El legado de Celso Furtado perdura, y su obra sigue siendo un referente en el estudio del desarrollo económico en América Latina, proponiendo un enfoque crítico y alternativo al pensamiento económico convencional. Su insistencia en la necesidad de un enfoque multidimensional para comprender la realidad socioeconómica continúa inspirando a nuevas generaciones de economistas y sociólogos en la búsqueda de soluciones para el desarrollo de la región.