Delfines y Ballenas

Cada mujer lleva en ella una promesa de reconciliacion con su feminidad. Cuando consigue honrar su propia naturaleza, encuentra su parte sagrada y es capaz de comprender el sentido profundo de esta. La feminidad es un estado profundo de receptividad, sensualidad, gozo, fuerza interior y alegria; un lugar de regeneracion de la psique y de embellecimiento del ser; un terreno que clama ser nutrido en profundidad para poder ofrecer al mundo sus mejores frutos. Dejate impregnar por el sentido de las frases de Monique Grande, mientras coloreas tu mandala y expresa tu nueva feminidad convirtiendote...

Es el año 1506. Al enterarse de la muerte de Colón, Gonzalo, un joven piloto que trabaja en la Casa de la Contratación de Sevilla, decide contar la verdadera historia del descubrimiento del Nuevo Mundo. Muchos años antes, de niño, Gonzalo, oculto en la bodega, partió en la expedición rumbo a las Indias. Llevado ante Colón, este le permitió proseguir viaje. Asistió a la travesía, recibió la s confidencias del Almirante e incluso le ayudó a evitar el motín que se avecinaba... Una apasionante narración que nos acerca, desde otra perspectiva, a la enigmática y controvertida figura ...

El libro que usted tiene en sus manos (...) está atravesado por la muerte. Todos los hombres nos mecemos entre esta vida y la otra, cuando zozobramos a bordo de un avión viejo y descubrimos que somos "ateos de tierra firme". O cuando los paramilitares nos dejan libres al admitir que somos los 'payasos' del teatro del pueblo. O cuando, de bien niños, nos pasmamos ante la lucha a muerte de nuestros dos hermanos con sendas muchachas en el catre del amor". Arturo Guerrero "Con El hombre que se mece, Jaime Fernández Molano enfrenta un reto adicional: el de aprehender la realidad en cápsulas...

Esta obra es una antología que reúne catorce relatos con distintos protagonistas y situaciones y un tema común: la postración moral, la humillación, el acomodo a difíciles supervivencias, de gentes modestas para quienes la guerra civil española fue su herida central y su cicatriz decisiva. Los relatos van precedidos de un prólogo de Camilo José Cela, incorporado en la edición de 1977, y de un prólogo actual a cargo de José María Merino.