Cambia tus hábitos, cambia ti vida

Para poder amar de forma incondicional hay que demostrar ser una reina con la corona bien puesta, valiente, honesta y emocionalmente independiente. Las reinas tienen que estar orgullosas de lucir sus coronas, de hacerlas brillar con su luz interior y nunca, en ningún caso, desprenderse de ellas, aunque para ello tengan que dejar atrás a determinados caballeros enfundados en una armadura que con el tiempo se ha ido oxidando cada vez más. Esta gran fábula sobre la vida y los sentimientos, concebida a modo de brillante metáfora por Rosetta Forner, nos recuerda que jamás hay que perder ni...

Todos tenemos el poder de sanar nuestras vidas y ayudar al planeta,utilizando la programación neuroesencial, que nos permite explorar en nuestro corazón ese santuario de sentimientos como la gratitud, la tolerancia, la compasión, la humildad y el respeto a través de la energía del amor transformacional que es el único poder capaz de sanar a la humanidad y al planeta, utilizando las herramientas de las leyes naturales de la vida y desarrollando nuestro propósito de vida en total armonía con el Universo.

"Este libro es el que yo hubiera querido encontrar cuando, hace un par de años, estuve sumida en la desesperación de ver a mi hija menor metida en una relación violenta y abusiva. Aqui está lo que vivimos, sin mencionar al agresor con nombre, apodo o apellido, porque, a fin de cuentas, no tiene rostro y repesenta a miles como él." --From author's description.

María es una mujer que se debate entre los viajes y la búsqueda de sus sueños. Una mujer que, entre 1981 y 2011, lucha contra la violencia machista de su esposo. Siempre dando oportunidades, cruzando una y otra vez la frontera de los sueños, buscando algún sitio donde echar raíces. Una y otra vez, su mano abierta incrustada en mi cara, una y otra vez la bebida no le hace recordar. Decidí que ya no permitiría más abuso verbal, físico y psicológico. Ya no hay flores que valgan, ya no quiero escuchar "El Te Amo de la Violencia". Ya no se verán caer más lágrimas por las mejillas de...