Un cóctel con sabor a Barcelona

En un viatge llampec a l'octubre de 1940, Heinrich Himmler visita l'abadia de Montserrat. L'acompanya l'historiador alemany Walter Ebert, que es converteix en còmplice involuntari d'una venjança d'inspiració bíblica que sentenciarà el poble jueu. Mentre l'elit nazi busca el Sant Greal, Ebert realitza el seu particular viatge iniciàtic per trobar la felicitat trencada per la tragèdia. En la seva peripècia humana es creuarà amb Oriol Turmeda i Marina Barahona, que viuen un amor furtiu en el tràgic escenari de la segona guerra mundial.

A mi abuelo Graciano le llamaban "El Moro". Era de una fealdad inquietante. Su rostro de ojos rasgados y pómulos altos descendía hasta el rictus de unos labios apretados y húmedos de marcado perfil. Sería difícil precisar si aquellas facciones mongoloides obedecían a un antepasado oriental o a una genética familiar marcada por la endogamia y sus peores consecuencias. En su corta pero prolífica vida, mi abuelo Graciano engendró nueve hijos, tres de ellos subnormales. Sin embargo, el equívoco apodo lo heredó de su padre, Cecilio Asparren, un auténtico arquetipo vasco de ojos claros, ...

Jacinto Benavente y Martínez nació en Madrid, el 12 de agosto de 1866 y falleció en Madrid, el 14 de julio de 1954. Ejerció de dramaturgo, director, guionista y productor de cine español. Fundó el Teatro Artístico, donde participó Ramón del Valle Inclán. En 1922 recibió el Premio Nobel de Literatura por perseverar acertadamente en la tradición del teatro español.

Lo más adecuado era casarse con ella... aunque fuera por obligación Ramón Dario deseaba desesperadamente la empresa Medrano, pero el trato incluía una condición sorprendente... casarse con Estrella Medrano, una mujer de mala reputación. Ramón no estaba dispuesto a que lo obligaran a nada, especialmente a casarse. Pero Estrella no era como la había imaginado. Ramón no podía quitarse de la cabeza aquel maravilloso cuerpo e incluso comenzó a pensar que quizá no merecía la reputación que tenía. Quizá la idea de casarse por conveniencia no fuera tan mala después de todo...