Los Generales

Simon Scarrow es un autor británico conocido principalmente por sus novelas históricas, particularmente aquellas ambientadas en la antigua Roma. Nació el 3 de febrero de 1962 en un pequeño pueblo de la costa este de Inglaterra, y desde joven mostró un interés por la historia y la literatura. Scarrow ha trabajado como profesor de historia en varias instituciones educativas, lo que ha influido notablemente en su escritura.

Después de completar sus estudios, Simon decidió dedicarse a la enseñanza, pero su pasión por la escritura lo llevó a publicar su primera novela en 1997. Su debut literario fue "Horsemen of the Storm", que aunque no tuvo un gran impacto, sentó las bases para el estilo narrativo que desarrollaría en sus obras posteriores.

El reconocimiento llegó con su serie de novelas sobre el ejército romano, comenzando con "Under the Eagle" (1997), que presenta las aventuras de dos soldados romanos, Cato y Macro. Desde entonces, esta serie ha crecido en popularidad, convirtiéndose en una de las favoritas entre los amantes de la ficción histórica. La mezcla de acción, conflicto y desarrollo de personajes ha capturado la atención de los lectores, y la serie ha sido traducida a varios idiomas.

La serie de Cato y Macro incluye varios títulos, entre los que se destacan:

• Under the Eagle (1997)
• The Eagle's Conquest (1998)
• When the Eagle Hunts (1999)
• The Eagle's Vengeance (2000)
• Centurion (2001)
• Praetorian (2006)

En total, Scarrow ha escrito más de una docena de novelas relacionadas con este tema, y su capacidad para entrelazar hechos históricos con ficción ha sido aclamada por críticos y lectores por igual.

Además de su trabajo en la serie de Cato y Macro, Simon Scarrow ha explorado otros períodos históricos en su escritura. Su novela "The Last Legionary" (2003) se centra en la historia de un legionario que se enfrenta a adversidades en la Britania romana. Asimismo, ha colaborado con otros autores en proyectos que han expandido su alcance literario, como sus obras en coautoría con T.J. E. Williams.

Scarrow también ha escrito novelas históricas sobre otros temas, como la Primera Guerra Mundial y la Revolución Francesa, demostrando su versatilidad y dominio de distintos contextos históricos. Su estilo de escritura es ágil y envolvente, lo que permite que los lectores se sumerjan fácilmente en las tramas que despliega.

Como un apasionado de la historia, Simon Scarrow ha manifestado su compromiso de llevar la historia al público de una manera accesible y entretenida. Ha dado charlas y conferencias sobre la historia romana y la escritura, inspirando a nuevos escritores y a aquellos interesados en la narrativa histórica.

Sus novelas han alcanzado un extenso reconocimiento y se han convertido en bestsellers del Sunday Times, lo que reafirma su posición como uno de los autores más destacados en el género de la ficción histórica contemporánea. Con más de 2 millones de copias vendidas en todo el mundo y su obra traducida a varios idiomas, Simon Scarrow ha dejado una huella indeleble en el panorama literario.

En resumen, Simon Scarrow es un autor que ha sabido combinar su amor por la historia con su talento para contar historias. A través de sus obras, ha logrado no solo entretener, sino también educar a su audiencia sobre la rica historia de la antigua Roma y otros períodos significativos. Su legado como escritor continúa creciendo, y sus libros seguirán inspirando a lectores y futuros autores en los años venideros.

En el año 51 d.C., Roma se ha convertido en una ciudad demasiado peligrosa, incluso para el emperador Claudio. La traición acecha en cada recodo, en cada callejuela, tras cada columna. Por si fuera esto poco, el poder de un movimiento republicano clandestino, "los Libertadores", ha extendido sus tentáculos por todas partes y parece que ha conseguido infiltrarse incluso en la Guardia Pretoriana, y su propósito parece ser acabar con la vida de Claudio. Llegados a este punto, el emperador decide poner el asunto en manos del secretario imperial, Narciso. El enemigo íntimo de Macro y Cato...

La batalla de Waterlooo (1815) convirtió en dos e las mayores figuras históricas de todos los timpos a Wellington y Napoleón, dos hombres, curioamente, nacidos en el mismo año (1769) y cuyas tayectorias, surgiendo de ambientes tan dispares,guardan interesantes paralelismos. El joven Arthr Wesley procedía de la pequeña aristocracia irlndesa, mientras que Bonaparte de una familia cora poco afortunada y sospechosa de mantener contatos con los independentistas corsos.sta primea entrega se centra en las experien

Una novela en la que la intriga, los sentimientos humanos, el abigarrado universo del Egipto actual y los solemnes misterios de pasado se dan la mano con vivacidad y ternura. Para Lydia Harris, todo comenzó con una llamada telefónica desde Roma de su hermana Adele. Un saludo, una invitación para reunirse con ella, el anuncia del envío de un paquete... y el silencio. El paquete prometido era una cabeza de chacal de marfil. Una antigüedad egipcio, no excesivamente valiosa, llamada a convertirse en la clave de una intriga mortal que había de llevarse a Lydia a Roma, y de allí a Egipto, en ...

El viaje acá no es ni al cielo ni a la condena del infierno, es a un punto medio, ese donde crecen las grandes historias, donde brota la vida misma, lugar del cual Hernán Rivera Letelier ha sabido robar sus mejores relatos.

Lucy busca algo que realmente la haga feliz; una etapa en su vida en donde ella pueda sentarse tranquilamente a leer un libro mientras se toma una taza de café. Pero nada es fácil en esta vida, nunca lo es, y ella decide hacer lo que mejor se le da: huir. Huye de amores imposibles, de amores tóxicos, de tanto dolor; pero también lo hace de amistades sinceras, de cariños honestos y de amores verdaderos. «Tú, mi delirio» es una novela atrapante en donde la escritora nos va dejando un rastro de migajas para llegar a sus verdaderos sentimientos.

En un país muy extraño vivió hace mucho tiempo un campesino que tenía tres hijos: Pedro, Pablo y Juancito. Pedro era gordo y grande, de cara colorada, y de pocas entendederas; Pablo era canijo y paliducho, lleno de envidias y de celos; Juancito era lindo como una mujer, y más ligero que un resorte, pero tan chiquitín que se podía esconder en una bota de su padre. Nadie le decía Juan, sino Meñique. El campesino era tan pobre que había fiesta en la casa cuando traía alguno un centavo. El pan costaba mucho, aunque era pan negro; y no tenían cómo ganarse la vida. En cuanto los tres...