Lluvia de almendras

Un grupo de personas exhuma el cuerpo del padre Higinio. Para sorpresa de todos, sus huesos están destrozados y en el interior de la tapa del ataúd se puede leer la frase TODO ES INFIERNO. Inmersa en un coma profundo, una dama de la alta sociedad parisina observa cómo su alma se dirige hacia la muerte. Cuando está a punto de introducirse en una cálida luz roja, algo extraño la detiene y le quiebra los huesos de las piernas hasta dejarla inválida. Selva amazónica. Una hoguera. Una ceremonia de magia negra. En mitad del fuego, una presencia indescriptible se alza de entre las llamas y...

¡Se estaba enamorando de su propio marido! Su matrimonio se había convertido en un verdadero desastre, estaba claro que su marido estaría mejor en Boston sin ella. Por eso Faith Hudson había decidido marcharse al oeste y establecerse en un rancho de Texas sin intención de regresar jamás. Pero Max Hudson quería que volviera. Había tardado tres años en encontrarla y no pensaba regresar a casa sin ella. Era una cuestión de principios... Hasta que se dio cuenta de que se había enamorado de la mujer en la que Faith se había convertido... Y quizá era precisamente amor lo que ella...

Una espléndida colección de cuentos que convierte la vida cotidiana en pura literatura. «No parecía que hubiera desacuerdo entre ellos, pero algo raro debía de haber...» La cita de James Salter que encabeza Anatomía de las distancias cortas resume el espíritu de este espléndido libro de relatos. Nada pasa, nada importante al menos, pero lo que cuenta son los pequeños gestos que convierten una escena cotidiana en un drama o un misterio; basta con mirar esa mano femenina que se mueve con discreción cerca, demasiado cerca, del marido de Lali, o el andar incierto de Paula hacia las...

¿Qué debía hacer? ¡Después de trabajar tan duro, Tahlia Moran vio cómo aparecía aquel bombón de hombre y le robaba el ascenso en sus propias narices!Y para empeorar las cosas, el señor Case T. Darrington (seguramente la T. significaría "Traidor") la hacía derretirse con sólo mirarlo...Tenía que idear algo. Sí, demostraría que era ella y nadie más la que debía ocupar la silla de Darrington. ¿Pero cómo lo conseguiría? Por el momento, empezaría por acercarse mucho, mucho al jefe...