El Asesino de Village Street

La vida ha sido una amiga silenciosa y triste que me ha acompañado siempre en todo este camino. Sé que con ella jamás llegaré a recuperar a mis padres en la distancia. Ellos murieron hace mucho, mucho tiempo y nunca pude conocerlos, verlos, acariciarlos, sentir el aroma del lado derecho de la mejilla de mi madre y poder en alguna noche cualquiera dormir en brazos de mi padre o soñar con su beso. Existe un dolor agotado y profundo dentro de mi vida y mi corazón. La única forma de encontrarme con ellos es muriendo, pero existe alguien que me lo impide, Elisa. Siempre ella me conmoverá...

Durante sus vacaciones en Tánger, Hannah y Rea descubren que están siendo perseguidas por dos hombres sospechosos. Después conocen a Toby, quien a su vez está siguiendo a sus asechadores. Él quiere averiguar por qué están tan interesados en ellas, pero las chicas no tienen idea alguna de cuál podría ser la razón. Aunque no se preocupan demasiado, pues están a punto de partir a Chefchauen. Toby se ofrece en escoltarlas hasta ahí él mismo. Pero, ¿quién es Toby? ¿Qué es lo que hace realmente ahí? ¿Es acaso un policía, un espía, un cazador de tesoros? Todo parece ir bien...

¿Tiene algún sentido la vida de un ser humano? ¿Y mi propia vida? El siglo XX comenzó en Europa con la conciencia de que todo un orden social se estaba desmoronando y de que había llegado el momento de cambiar profundamente las cosas. Escritores como Franz Kafka supieron reflejar esa situación y señalar sus rasgos más característicos: los seres humanos están perdidos en las redes de una sociedad cada vez más compleja, más tecnificada y más burocratizada. Dar sentido a la propia vida ya no es tan sencillo y todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad en la búsqueda de...

Por nada del mundo podría olvidarme de mis dos lectoras cero, críticas hasta con la palabra más insignificante, pero que hacen mi trabajo más fácil, sobre todo porque por culpa de la dislexia lo que para mí tiene sentido no es así para los demás. Muchiiiiiiiisimas gracias par de zumbadas. Y por último, pero no por ello los últimos, muchas gracias a los que en este momento tenéis el libro entre vuestra manos.