Buscando Mi Hombre

¿Qué sería peor que derramar el café encima de mi jefe millonario? Enviarle accidentalmente un correo electrónico con mis respuestas a un cuestionario de sexo. Esa soy yo. Lo hice. Tal vez sea muy inteligente, pero eso fue realmente muy tonto. Cuando me escabullo en su oficina para eliminarlo es muy tarde. Él ya conoce mis fantasías más osadas. Sin embargo, en vez de despedirme, quiere cumplir cada una de ellas. Él es todo lo que no sabía que quería: mayor que yo, ferozmente protector y con un costado posesivo del tamaño de Montana. Pero ¿de verdad puede querer a alguien como yo, ...