La mente de los violentos
José se acercó a su coche. Abrió el portamaletas y cogió el hacha que había guardado allí la víspera. Se dirigió impasible hacia Ana, que estaba de espaldas, fumando nerviosa un cigarrillo. La tocó en el hombro. Al girarse, Ana abrió desmesuradamente los ojos. No pudo hacer nada más. Un tremendo hachazo había partido su cráneo en dos. ¿Qué pudo llevar a José a actuar del modo descrito? ¿Qué pasó en su cerebro mientras daba muerte a su compañera? ¿Era plenamente consciente de sus actos? ¿Qué responsabilidad tuvieron la biología y la cultura en su conducta homicida?...