Isla Plana

En esta obra, aunque hay historias de amor y superación personal, también trato temas polémicos como el suicidio, las drogas, las religiones, sexo y cierta dosis de política que podrían incomodar a algunos lectores. Si no se considera una persona de mente tolerante, no le recomiendo su lectura. Aquellos que lo leyeron, gracias por dedicarme parte de su tiempo y los invito a leer mi siguiente obra, Sin tiempo.

Blue Sumner tenía todo lo que se podía comprar con dinero. Pero, para llegar hasta donde él se había propuesto, le faltaba conseguir una mujer, hijos y la respetabilidad que sus orígenes le habían negado. Allison Lancaster era su pasaporte hacia un mundo de poder y privilegio socialmente aceptable. La hija de un banquero. ¡Ella sería la esposa perfecta! Allison había dicho en numerosas ocasiones que solo se casaría por amor, pero su familia tenía otras ideas al respecto. Ellos necesitaban el dinero de Blue tanto como él codiciaba su condición social. La boda fue concertada, y...

¿En realidad son tan rudas las machorras? ¿En realidad son las mujeres fatales tan malas? en Las machorras no lloran, una mujer fatal autoproclamada se encuentra a una misteriosa extraña en el sauna del edificio de departamentos. Para su sorpresa, la machota está llorando pues una chica bonita con botas de tacón de aguja le acaba de romper el corazón. Todos conocemos el llanto de una ruptura pero ¿será nuestra mujer fatal capaz de darse a conocer como una diosa cuando el cuidado se transforme en deseo? ¡Esta es una candente novela corta erótica que presenta una tunda entre mujeres y ...

¡Abre el ojo!, desconocida obra de Francisco de Rojas Zorrilla que supuso un gran avance en el teatro de la época. Ironía y desenfado en esta genial farsa del autor español. Fragmento de la obra Jornada primera (Sale don Clemente, como enojado, y doña Hipólita, viuda, deteniéndole.) Don Clemente: Déjame ir. Doña Hipólita: ¿A dónde vas? ¿Que te quiera bien te enfada? Don Clemente: Si tú no fueras cansada te quisiera, mucho más. Doña Hipólita: ¿Que te enojes de ese modo porque a detenerte salgo? Don Clemente: Déjame a mi querer algo, no te lo quieras tú todo. Doña...