Historias que debes contar

La magia del amor podría salvarla, o destruirlos a los dos. el brutal asesinato de su benefactor dejó a Lily en la más absoluta miseria y con la responsabilidad de sacar a sus tres hijos adelante. Desesperada, buscó ayuda en la casa del primo de su promet

Existe gente que le teme mas al caricortado que al que lo corto y terminan envueltos en mas problemas de los que traian. Tambien vemos como esta sociedad se divide en fisionomistas y marginados. Siempre existira un arriba y abajo, pero no en el maravilloso mundo de Stephen, aqui los personajes se emborrachan y ven las cosas claras, aqui se enamoran, pelean y hasta se matan por otras cosas, pero ven desde el fondo del corazon la verdadera apariencia de la gente. Sobra decir que cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia y que sus personajes, lugares y locaciones es todo sacado de...

Es el año 3795 desde la creación del mundo en el calendario judío. Las autoridades, asentadas en la Ciudad Santa, pugnan sin descanso con el poder político y administrativo del Imperio Romano por mantener el control social de su pueblo y, con él, la influencia sobre su vida espiritual. Desde hace casi siete años, un hombre singular, carente de ambiciones materiales, se comporta de un modo díscolo, al margen de su autoridad, arrastrando con sus enseñanzas y sus actos a una muchedumbre apasionada, que lo sigue fielmente allá donde él ponga sus pies. Yoset, el protagonista, fariseo...

Esta novela, situada en la primera mitad de nuestro siglo, cuenta la historia del Dr. Wilbur Larch –santo varón y obstreta, eteradicto y abortista, director de un orfanato– y la de su huérfano favorito, Homer Wells, quien nunca consigue ser adoptado. El Dr. Larch siente la obligación moral de liberar a las madres pobres de un embarazo no deseado, antes que admitir en un asilo a sus hijos abandonados. Homer Wells, a quien Larch quiere como a un hijo, al crecer se niega en cambio a "acabar con una vida humana". La novela es, claro, mucho más que un libro sobre el aborto, aun así...