El Rugido Del Jaguar

El supuesto autor de “Los cuadernos del recuerdo” comienza sus escritos con las siguientes palabras: Son numerosísimos los libros de Memorias y/o autobiografías. Suelen estar escritos por personas que tienen algo importante que contar por sus hazañas o por sus hallazgos. No es mi caso. ¿Qué es lo destacable de mi biografía? Nada. Como millones de humanos no he sobresalido ni en ciencia, ni en letras, ni en artes, ni en deporte ni en originalidad, ni en política ni en economía (con frecuencia tan relacionadas)… Por supuesto, tampoco he protagonizado una vida llena de miserias o...

. Hace algunos años, los medios de comunicación presentaban una historia que llenó de espanto a la opinión pública: dos enfermeros habían confesado asesinar a varios de sus pacientes. La historia recorrió el mundo. Se los llamó los ángeles de la muerte, y el móvil fluctuaba entre la eutanasia, la voluntad de poder y los motivos religiosos. El asunto se convirtió en el tema central de las conversaciones durante semanas y generó todo tipo de elucubraciones. ¿Cuál fue la verdadera trama de esta historia? ¿Cuánto quedó debajo de la superficie? ¿Qué pasó finalmente con los...

La vida del beato Charles de Foucauld, nacido en Estrasburgo en 1848 y asesinado en Argelia en 1916, resulta ser el itinerario de un hombre polifacético, original y perennemente inquieto, que encuentra al fin cierto sosiego en el hallazgo de Jesús de Nazaret y en la vivencia de una espiritualidad propia. Foucauld fue primero militar, luego explorador y geógrafo de mérito y, mucho más tarde, lingüista experto en la lengua tuareg, además de antiesclavista con éxito. Pero sobre todo fue un hombre de Dios. Desde su conversión a los 28 años de edad, su existencia recorre distintas...

Cuando Amós Acero Pérez, maestro y primer alcalde democrático de Vallecas, frente al pelotón de fusilamiento franquista, se negó a que le colocasen la venda sobre los ojos, supo mirar de frente a los desconocidos ejecutores de una venganza, con la misma solidez y claridad de espíritu con que había mirado siempre a la vida durante cuarenta y siete años. La talla de Amós Acero Pérez queda plasmada en los primeros párrafos de la carta que escribió a su familia pocas horas antes de su muerte.