Dios, el Padre

La misión del Libro se resume en los siguientes puntos: 1) Establecer un método para comprender y conseguir la fuerza espiritual del individuo y su interacción con el prójimo. 2) El método espiritual propuesto en este libro funciona bien y se puede implementar en cualquier momento, mientras se cumplan ciertas condiciones necesarias. 3) Delinear una síntesis clara del camino a seguir en cualquier proyecto u obra espiritual. 4) Dar un enfoque científico y matemático que permite definir ciertas relaciones entre los diferentes componentes del sistema espiritual. 5) Presentar una...

La colección Con Él ofrece este mes al lector 30 meditaciones con el Evangelio para cada día del mes, desde el martes de la 32ª semana del tiempo ordinario a San Andrés, miércoles de la 1ª semana de Adviento, (1 de noviembre al 30 de noviembre), acompañadas del Evangelio del día y un santoral del mes y un devocionario con las oraciones recomendadas por la Iglesia. En la Sagrada Escritura, Dios se manifiesta como un Padre amoroso y atento. Al finalizar el Año de la Misericordia en este mes de noviembre, te servirán estas meditaciones diarias con el texto evangélico para que...

Reflejar a Jesucristo es el reto de todo cristiano. Con estas meditaciones prácticas descubriremos la mano de Dios en los sucesos ordinarios de la propia vida, a través de pasajes del Evangelio y las tres virtudes teologales. Te ayudarán a soñar con transformar nuestro mundo. Vale la pena.

Caminar con Dios, agradarle cada vez más, permanecer en comunión con su Hijo, y abundar en los frutos de la justicia, debe ser el objetivo diario de todo cristiano de verdadero corazón. Pero para hacer esto se requiere un esfuerzo continuo y minucioso, el uso de todos los medios de gracia disponibles, y esperar perpetuamente en el Señor la ayuda prometida de su Espíritu libre. Si quieres vivir y caminar así, recuerda que en todo momento necesitas la ayuda de Cristo, que Cristo tiene la ayuda adecuada a tu necesidad, y que se complace en concederla. Acuérdate de cuidar que el corazón...