Cada día, cada hora

Cuentos Siderales, es una selecta trilog a de un g nero de g neros: La ciencia-ficci n, un g nero literario capaz de albergar en sus historias cualquier otro g nero conocido. Bien sea narrativa, poes a, filosof a, historia, ensayo, thriller, pica, mitolog a, fantas a, especulaci n cient fica, etc. Cuyo nico l mite est en la imaginaci n del autor. Dentro de la misma ciencia-ficci n a su vez podemos encontrar una serie de subg neros, bien sea Cyberpunk (El viaje de Leynder), Space opera (Diario de un Arist crata), o Steampunk(La Leyenda de Borenial). Ofreciendo al lector, tanto novel como...

Madrid, 1983. Madrugada es la historia de una profunda búsqueda personal a través de los tóxicos y la literatura. El retrato de una generación perdida que persigue su reflejo en la urgencia de The Rolling Stones o en relaciones que comienzan a complejizarse cada vez más. De la mano de un joven protagonista atípico e inolvidable, sus páginas recorren frenéticamente la osadía y el talento malgastado en el marco de la Movida Madrileña. Un punto de intersección crucial que separa padres e hijos como nunca en la historia reciente de este país. Poesía, opiáceos y cierta mirada...

La tercera novela de Gonzalo Torné confirma lo que se apuntaba en Hilos de sangre la construcción de un mundo que indaga en las profundidades de la condición humana a la vez que se exploran las posibilidades formales de la novela. Divorcio en el aire empieza cuando Joan-Marc y Helen se marchan a un balneario para tratar de salvar su matrimonio. Ese espacio se convierte en el eje de una historia que relata el origen de su relación con Helen, primero en Madrid y luego en Barcelona, así como la biografía del propio Joan-Marc: su educación, su iniciación al sexo, las desastrosas...

«Desde pequeña, salida apenas de la primera infancia, Sóniechka se zambulló en la lectura..., era como si entrara en trance y sólo volvía en sí al pasar la última página del libro.» Sonia, una chica judía poco agraciada, es un ser insólito que, bien por una forma leve de locura, bien por una suerte de genialidad, «experimenta tal empatía con la letra impresa que la lleva a conferir a los personajes de ficción la misma categoría que a las personas de carne y hueso». En Sverdlovsk, donde trabaja en una biblioteca (¿dónde si no?), conoce al pintor Robert Víktorovich, «el...